Recientemente Singapur fue nombrado como el país más competitivo del mundo, superando a Estados Unidos, además más del 80 por ciento de su población es propietaria de su vivienda. ¿Cómo logró Singapur estos avances en los últimos años?
Para entenderlo hace falta retroceder más de 50 años en su historia.
Cuando esta pequeña isla en Asia logró su independencia de Gran Bretaña en 1965, comenzó un proceso de transformación. Los pobladores de Singapour vivían hacinados en casas sin higiene y con muchas carencias. Sin embargo, en tan sólo 5 años, se construyeron más de 50 mil casas dignas, con el impulso de la Junta de Vivienda y Desarrollo, una iniciativa que formó parte de un amplio programa de reformas para sacar al país de la pobreza y el desempleo.
En un principio, el objetivo de este proyecto fue construir habitaciones de alquiler para los más necesitados; tras un gran éxito, el programa evolucionó en políticas públicas que impulsaron la compra de vivienda en un sentido más amplio.
Una de ellas fue la creación de planes de ahorro obligatorio para la ciudadanía y la creación específica de fondos para apoyarlos en la compra de sus propios departamentos.
Actualmente, en Singapour más del 80 por ciento de sus residentes son propietarios de sus viviendas.
La planeación detrás de este gran crecimiento
Con la ayuda de estos incentivos se detonó en la isla un boom de construcción y compra de vivienda, sin embargo, no sucedió sin una dirección controlada.
Tomando como referencia el modelo de escalera de la vivienda, la cual está sustentada en las diferentes etapas de desarrollo y necesidades del ser humano, Singapour logró crear un modelo de vivienda que fomentara la creación de patrimonio, al mismo tiempo que otorgó mejores condiciones de vida mediante hogares para todos los estratos sociales, con diseño de excelencia, sostenibles y centrados en generar comunidad.
El modelo de la escalera de vivienda en Singapur empieza con las llamadas casas de arranque: casas pequeñas de una sola recámara y una alcoba a precios bajos para las personas jóvenes que vivirán ahí cierta etapa de su vida.
En un siguiente escalón o etapa en el desarrollo de la persona, la necesidad de vivienda evoluciona, por lo que la casa de arranque es vendida para adquirir una más grande, iniciando un proceso de reciclaje de vivienda; en el que el dueño anterior avanza dejando su inmueble a alguien que ahora vive las mismas condiciones que él tuvo cuando la compró originalmente.
A esta forma de avanzar de un escalón a otro en el desarrollo de vida se le llama formación de clases medias a través de la Escalera de la Vivienda, un modelo que genera verdadero valor en el tiempo a todos los niveles socioeconómicos.
Y es que, a diferencia de muchos países, la vivienda pública de Singapur no es solo para los pobres, en realidad, abastece todos los niveles socioeconómicos que la requieren. Su gente puede comprar desde departamentos básicos, hasta unidades de lujo con amenidades.
¿Cómo lo lograron?
En ese país, por ley, cada trabajador contribuye con el 20 por ciento de su salario al Fondo Central de Previsión (que contempla salud, vivienda y retiro) mientras el empleador aporta otro 17 por ciento, lo que genera una tasa considerable de ahorro mensual del 37 por ciento.
De esta manera, al momento de adquirir una vivienda que requiera, por ejemplo, del 23 por ciento de los ingresos de un trabajador, éste no estará pagando adicional de sus ingresos disponibles, pues ese 23 por ciento se tomará del Fondo Central de Previsión.
El gobierno apoyo la construcción de diversos tipos de vivienda, de diferentes tamaños, presupuestos y estilos, por lo que la población tiene opciones acordes a su etapa de desarrollo en la vida y a su presupuesto.
Una vez que el ciudadano llega a su etapa de jubilación, el gobierno le ayuda a vender su vivienda por una más pequeña y barata, de acuerdo a sus necesidades y con el dinero restante, adquiere una pensión vitalicia para complementar su pensión.
Otro mecanismo legal para asegurar que este esquema funcione correctamente, es la obligación de habitar la vivienda al menos cinco años antes de venderse, con la intención de que éstas sean adquiridas y utilizadas por familias con necesidades reales de espacio para vivir, no únicamente como negocio.
El modelo de vivienda de Singapour es un claro ejemplo de cómo puede ofrecerse vivienda accesible y digna a todo tipo de personas, siguiendo un esquema de ahorro y de apego a las necesidades básica en el desarrollo de las personas.
¿Cómo podemos implementarlo en México?
Fernando Soto Hay, fundador y director general de Tu Hipoteca Fácil y cofundador de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, comentó para la revista Expansión; “La solución es generar proyectos planeados, usando el suelo intraurbano correctamente catalogado y habilitarlo para el desarrollo de departamentos de arranque (como en el caso de Singapur, de una sola recamará) y departamentos más grandes para quienes lo requieran según su etapa de vida”.
“Para estimular a los desarrolladores a invertir en la construcción de vivienda social y media, es necesario contar con incentivos como; licencias y permisos ágiles y a bajo costo, además de que se apoye con programas a las familias para disminuir los costos de predial, escrituración, instalación en servicios, entre otros», finalizó Fernando.
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