Buscar que la empresa funcione de manera integral, es el pilar que da pie al proceso de una transformación interna, necesaria en estos tiempos de constante cambio, tanto en los modelos de negocio, como en los aspectos tecnológicos.
Un proceso de transformación empresarial busca una renovación total de procesos y estructuras que dé como resultado mayor productividad y rentabilidad del negocio.
Esta transformación comienza con ciertos planteamientos básicos: ¿Qué ineficiencia se quiere a resolver?, ¿qué valor agregado se espera generar?, ¿cuáles son los procesos más importantes del negocio?, y el principal de ellos; ¿se cuenta con una plataforma para gestionar todos los procesos?
Resolverlos involucra la integración de tecnología especializada para el tipo de empresa, un pensamiento sistémico en el diseño de estrategias y la visión de cómo transformarse a través del liderazgo en la innovación, para enfocarse en nuevas maneras de organizar, administrar y operar.
Disponer todos los elementos para que la renovación del negocio sea «correcta» requiere más que una simple planeación. Es necesario la visión de un enfoque integrado que vincule la estrategia de negocio con la ambición de transformación, con el fin de desbloquear el valor innovador.
Es necesario la presencia de ciertos elementos clave, útiles para hacer que la transformación del negocio sea una que pueda entregar el valor que está buscando.
4 claves para el éxito de la transformación empresarial
1. La dirección ejecutiva debe liderar la transformación
El punto de partida más importante para una transformación empresarial, y el mejor predictor de éxito según McKinsey, es un CEO que reconoce que solo un nuevo enfoque mejorará drásticamente el rendimiento de la empresa y que exige la reinvención como resultado.
Para que ocurra una transformación es necesario romper la inercia de trabajar “como siempre se ha hecho”, lo que puede ser desafiante para una organización. Esa es exactamente la razón por la cual el liderazgo de toda la transformación del negocio debe estar encabezado por la propia dirección. Sin el apoyo de recursos asignados por parte de la dirección para dar soporte completo, la transformación no llegará a ninguna parte.
2. No debe perderse el enfoque integral
La mayoría de las áreas dentro de una empresa están orientadas hacia su propio éxito funcional, y las iniciativas de cambio dirigidas por equipos aislados tienden a enfocarse en las ganancias de eficiencia y son de naturaleza relativamente temporal. Para que una transformación sea exitosa, los líderes y gerentes deben crear objetivos claros y concisos, con KPI (Key Perfomance Indicator) para mejorar los procesos de manera incremental.
Sin embargo, esto puede ser difícil, porque si bien la mayoría de las personas dicen que les gusta el cambio, la realidad es que no es así. Según una investigación de la revista Prophet, el éxito de la transformación empresarial a menudo se ve obstaculizado por puntos de vista arraigados, resistencia al cambio y preocupaciones legales.
3. Mantener un implacable sentido de urgencia
Para una transformación empresarial, la distracción es el enemigo constante. La mayoría de los empleados prefieren trabajar en lo que los ha llevado a tener éxito en primer lugar o que prometen recompensas inmediatas, como nuevos clientes, o nuevas oportunidades comerciales.
Es tentador dedicar poca atención a la transformación, y delegar la responsabilidad a los miembros junior del equipo que no cuentan con un programa o plan de trabajo y tiempos claros de avance. Ante esto, muchas iniciativas se mueven muy lentamente.
Para mantener el enfoque y el sentido de urgencia, es preciso revisar e informar constantemente sobre los principales flujos de trabajo en el programa de transformación, para responsabilizar a los equipos interfuncionales de sus progresos semanales y mensuales.
Los líderes en esta transformación deben también preguntar constantemente cómo pueden ayudar a los equipos a moverse rápidamente y qué se necesita para que las cosas sucedan, de esta manera los equipos trabajan con mucha más velocidad, y los resultados se dan.
4. Debe asignarse a un responsable ejecutivo con autoridad en la empresa
La revista Prophet describió que las transformaciones comerciales exitosas son un esfuerzo de toda la empresa y están dirigidas por un ejecutivo con un amplio poder dentro de la organización. Del mismo modo, McKinsey indica que es esencial crear un equipo de trabajo específico para supervisar la transformación y generar una planeación que la lleve a la práctica
El responsable del proyecto debe probar su experiencia y conocimiento sabiéndose colocar por encima de los procesos organizacionales, con el único objetivo en mente de lograr la transformación y facilitar la colaboración entre equipos necesaria para convertirla en realidad.
Lo ideal es poder asignar a alguien dentro de la empresa que conozca y comprenda cómo funciona el negocio, de modo que esté al tanto de cualquier conversación interna con los líderes de las diferentes áreas.
De esta manera, si se identifica un problema que debe solucionarse, el responsable podrá trabajarlo directamente con la dirección hasta llegar a un acuerdo para poder seguir adelante. Esta es quizá su más importante participación, convencer a la dirección de los ajustes y cambios para crear nuevos flujos de trabajo que lleven a la organización al éxito y a la mejora continua mediante un proceso de transformación.
Estos cuatro elementos clave deben caminar sobre una plataforma que incluya estrategias de planeación, administración de recursos y tácticas de comunicación.
La planeación permitirá identificar el estado objetivo final y la experiencia en sus diferentes fases del proceso de transformación. La administración de recursos ordenará las líneas de acción de las diferentes áreas del negocio para implementar los cambios bajo un sentido de urgencia. Las tácticas de comunicación ayudarán a educar, involucrar y empoderar a los empleados para que puedan unirse a los esfuerzos de transformación.
Lograr una transformación empresarial en la industria de la construcción es ya un imperativo para las empresas de todos los tamaños, si bien, no es un proceso sencillo es parte de una cultura de constante cambio necesaria para cumplir y adelantarse a las expectativas en constante evolución de los clientes finales.
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