Históricamente la industria de la construcción en el país ha experimentado una desaceleración durante el primer año de cada nuevo sexenio; situación que no fue la excepción en este último periodo, debido a los cambios en la visión de políticas públicas en el nuevo régimen de gobierno.
2019 fue un año de contracción importante para los empresarios con proyectos de construcción. De manera general, y de acuerdo con las cifras dadas a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en noviembre del año pasado, el valor real de producción de las empresas constructoras en el país presentó una caída de 9%, en cifras desestacionalizadas, en comparación con el mismo mes del 2018.
La misma tendencia tuvieron, en consecuencia, los empleos generados por las empresas de este sector, que, de manera anual, se redujeron 4.7% en cifras desestacionalizadas, según la Encuesta Nacional de Empresas Constructoras (ENEC) elaborada por el instituto.
Algunos de los factores que contribuyeron a este estancamiento en la industria tuvieron que ver con la detención de autorizaciones de construcción de proyectos importantes, la falta de ratificación del T-MEC, la cancelación de los formatos en el sector energético, el aumento en el costo de los permisos de construcción en la Ciudad de México, la incertidumbre económica que alejó inversiones ya establecidas en el país y la recesión económica que vive Estados Unidos actualmente y que tiene un impacto directo en la actividad económica y comercial de nuestro país.
Tomando en consideración todos estos puntos, el sector de la construcción presenta un menor dinamismo, en casi todos sus rubros –desarrollo de infraestructura y construcciones pesadas, y edificación–, y este fenómeno tiene, hoy, una combinación de factores y circunstancias que amerita acciones concretas.
Acciones concretas
“Es momento de que se aplique un cambio de modelo económico y de gestión pública, que garantice la inversión para reactivar la economía.” Indicó en reciente conferencia el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
Por su parte, el secretario general de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Francisco Javier Solares Alemán, comunicó en reunión de empresarios con el presidente de la República a finales del 2019, que quedaron pendientes alrededor de 200 mil millones de pesos.
En dicha reunión, el presidente autorizó un paquete de proyectos de inversión para este año, como parte del Plan Nacional de Infraestructura. Aunque no se dio a conocer el monto de las inversiones, sí se sabe que serán financiadas totalmente por la Iniciativa Privada (IP), y serán en el sector energético, hídrico y carretero, entre otras.
Solares Alemán, también indicó que un factor que podría visualizar una aceleración este 2020, es el hecho de que el gobierno actual considere la participación del sector privado en la construcción de la infraestructura que necesita el país y se están analizando esquemas de APPs (Asociaciones Público-Privadas) o bien de concesiones que probablemente anteriormente no se tenían consideradas.
Solares indicó que las expectativas para el crecimiento del sector podrían ser buenas. “En la industria de la construcción ya se tienen algunas medidas para acelerar el paso en el desarrollo de la infraestructura de este año en nuestro país.”.
“Otra buena señal que tenemos, es que en el periodo de agosto – octubre de 2019 surgieron alrededor de 2,500 contratos nuevos de construcción, es decir, empezó a acelerarse el paso”.
Afirmó que, a pesar de que 2019 fue muy lento en cuanto a la contratación y ejecución de obra de infraestructura, el 2020 podría estar en condiciones de mejorar los números del cierre de año.
Por otro lado, la Secretaría de Hacienda anunció también el inicio de procesos para licitar obras carreteras por más de 8,700 millones de pesos para detonar la inversión.
Expansión publicó una nota titulada ¿Cuándo iniciará la reactivación económica de México? en la que expuso la opinión experta de Víctor Gómez, subdirector económico de Finamex Casa de Bolsa; Carlos Alberto Jiménez Bandala, investigador y especialista de la Facultad de Negocios de la Universidad La Salle; y Gabriela Siller, directora de análisis económico-financiero de Banco BASE.
Jiménez Bandala y Víctor Gómez coincidieron en que las medidas que está tomando el gobierno federal podrían ayudar a disminuir la incertidumbre, lo cual podría tener un impacto positivo en la actividad económica.
Otra opción que se tiene para detonar el crecimiento tiene que ver con el sector energético; “retomar las rondas de la reforma energética y otra, que no genera mayor inversión extranjera directa pero sí mayor crecimiento económico, es el gasto en infraestructura”, recomendó Gabriela Siller.
La industria de la construcción constituye uno de los sectores productivos más dinámicos de la economía y que mayor bienestar aporta al país con la creación de infraestructura básica para su desarrollo.
Dependerá, en ese sentido, de las señales de certidumbre y de las políticas económicas, así como de la actuación de la iniciativa privada, para que la industria de la construcción vuelva a dinamizarse, con nuevos proyectos de inversión y alcanzado un equilibrio entre la oferta y la demanda.
El mercado de la construcción en México aún tiene un gran potencial y muchas oportunidades. Basta contar con las condiciones necesarias para impulsar la inversión y el crecimiento.
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