En el distrito cultural de la isla Saadiyat, en los Emiratos Árabes Unidos, se encuentra el nuevo museo Louvre, uno de los proyectos de construcción más importantes del arquitecto ganador del Pritzker: Jean Nouvel.
En 2007 inició este proyecto cultural, gracias a un acuerdo intergubernamental entre Francia y los Emiratos Árabes Unidos, con la idea de crear una nueva perspectiva de la historia del arte en un mundo globalizado.
La colección del museo ya superaba las 600 piezas al momento de su inauguración en el año 2017, y sumaba otras 300 cedidas por 13 importantes museos franceses. Los visitantes pueden realizar un recorrido cronológico a través de la historia de la humanidad, desde la prehistoria hasta la actualidad.
Arquitectura universal con tradición
El concepto del proyecto consistió en crear un museo universal, en el cual todas las culturas del mundo pudieran identificarse. Para lograrlo, el arquitecto Jean Nouvel concibió “una forma que coincide con su función de santuario de las obras de arte más valiosas.”
El uso del agua se destaca como uno de los elementos más importantes del diseño. Debido a su cercanía e integración con el mar, el proyecto pareciera estar flotando en medio del desierto. Asimismo, canales de agua fresca fluyen por el interior del proyecto, gracias a un innovador sistema hidráulico inspirado en la antigua ingeniería árabe.
Jean Nouvel encontró otras maneras de integrar la tradición y cultura locales a la arquitectura de este museo universal, con el uso del color blanco, formas geométricas, calles estrechas y sombras refrescantes. Las galerías que componen el proyecto se recorren como si fuera un barrio tradicional árabe.
Lluvia lumínica: desafío estructural
Indiscutiblemente, el elemento arquitectónico más impactante de este proyecto es su cubierta, de 180 metros de diámetro y 29 metros de altura. La estructura, de 7,500 toneladas, está compuesta por casi 8,000 estrellas de metal que crean un efecto de luz y sombra inigualable. Para Nouvel, la cubierta es un símbolo de espiritualidad dentro del proyecto, que brinda una sensación de felicidad y protección a los visitantes.
La cubierta fue inspirada por las hojas de palma que abundan en la región. Dos terceras partes del complejo están protegidas por esta cúpula, cuyo juego de luz y sombras crean un efecto de “lluvia lumínica.”
“Cuando me detengo bajo la gran cúpula del Louvre, me siento como si estuviera en Al-Ain”, comentó Al Mubarak, presidente de la autoridad de Turismo y Cultura de Abu Dabi, durante una rueda de presa, haciendo referencia a la ciudad-oasis donde residían las tribus beduinas antes del descubrimiento del petróleo.
Este domo fue construido por la compañía constructora austriaca Waagner Biro, la cual se especializa en estructuras metálicas y consiste de cuatro capas de acero inoxidable al exterior, y cuatro capas adicionales de aluminio, separadas por un marco de acero de cinco metros de altura, compuesto por 85 elementos pre-ensamblados que pesan hasta 50 toneladas cada uno.
La cubierta se soporta por cuatro ejes con 110 metros de separación entre cada uno. Éstos se encuentran escondidos dentro del edificio, para dar la apariencia de que la cubierta está flotando.
La construcción de este recinto cultural inició en 2013 a cargo de la constructora española Sanjosé, con la colaboración de Arabtec y Oger Abu Dabi LLC. Hasta el 2016, el costo total de la obra se calculaba en $500 millones de dólares.
La colaboración internacional entre Francia y los Emiratos Árabes Unidos comprende el préstamo del nombre Louvre a 30 años y 6 meses; de obras de arte por parte de instituciones francesas por 10 años, en forma decreciente conforme aumente la colección permanente del museo; y la organización de exposiciones temporales por 15 años.
El Louvre de Abu Dabi se suma a la lista de mega proyectos a nivel mundial, incorporando innovaciones de construcción y arquitectura que seguramente marcarán tendencia en los futuros proyectos arquitectónicos y en obras de ingeniería civil en otros países.
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